Al afirmar la amplia autoridad de la Comisión Europea para regular el comercio electrónico según su estricto reglamento digital, el Tribunal General de la UE desestimó el intento de Amazon de eludir la designación como “Plataforma en línea muy grande” (VLOP).
En un fallo emitido el miércoles, los jueces rechazaron el argumento del minorista de que su mercado plantea riesgos sistémicos menores que las redes sociales. Tal decisión sienta un precedente de que la escala de usuarios, no solo el tipo de contenido, activa el nivel de cumplimiento más estricto de la Ley de Servicios Digitales (DSA).
El veredicto: Redefinir el riesgo sistémico
Al rechazar el argumento central del gigante del comercio electrónico, los jueces encontraron que el tamaño de una plataforma sirve como un indicador válido de su potencial impacto social. Al desestimar la acción de anulación de Amazon en su totalidad, el tribunal dictaminó que el umbral de “45 millones de usuarios activos mensuales” establecido por la DSA es una métrica objetiva y cuantificable para determinar las obligaciones regulatorias.
En el centro de la disputa se encuentra un desacuerdo fundamental sobre lo que constituye un “riesgo sistémico”. Amazon había sostenido que tales riesgos eran inherentes a las plataformas que difunden discursos y opiniones, no a las que venden bienes físicos.
Sin embargo, el tribunal amplió explícitamente esta definición, dictaminando que “los mercados que exceden el umbral de 45 millones de usuarios… podrían representar un riesgo para la sociedad”. Al hacerlo, la sentencia aclara que la distribución de bienes ilegales y las cuestiones de protección del consumidor son tan críticas para el mandato de la DSA como la lucha contra la desinformación.
Sentencia del Tribunal General en el asunto T-367 23 Amazon EU contra Comisión
Los argumentos que afirmaban que la Comisión cometió un”error manifiesto”en su evaluación fueron sistemáticamente desmantelados. Los reguladores conservan una amplia discreción en la aplicación de las reglas, señaló el tribunal, enfatizando que la legislatura tenía la intención de lanzar una amplia red para garantizar la seguridad en línea.
Al abordar las preocupaciones sobre el costo de cumplimiento, los jueces dictaminaron que”las obligaciones impuestas a esas plataformas… tienen como objetivo prevenir esos riesgos, incluso si implican cargas financieras significativas para esas plataformas”.
Tal decisión consolida el principio legal de que las plataformas de comercio electrónico no pueden reclamar la exención de las estrictas obligaciones policiales diseñadas para el público. web simplemente porque su función principal es la venta minorista.
La defensa: el argumento minorista de Amazon
La estrategia legal de Amazon dependía de la afirmación de que es un minorista, no una emisora. Argumentó que su modelo de negocio fundamental no difunde opiniones ni influye en el discurso público de la misma manera que Twitter o Facebook. Un portavoz de Amazon enfatizó esta distinción:
“La tienda Amazon, como mercado en línea, no plantea ningún riesgo sistémico; solo vende productos y no difunde ni amplifica información, puntos de vista u opiniones”.
El abogado defensor sostuvo que la designación VLOP infringe desproporcionadamente los derechos fundamentales para realizar negocios al imponer un régimen diseñado para modelos basados en publicidad.
Una defensa similar fracasó para el minorista de moda alemán Zalando, que perdió un desafío paralelo en septiembre de 2025. Ese fallo anterior estableció un creciente cuerpo de jurisprudencia contra los mercados que buscan diferenciarse de los gigantes de las redes sociales.
El campo de batalla: un récord mixto para Bruselas
Si bien el fallo marca una victoria sustancial para la Comisión, llega en medio de un historial legal mixto para la aplicación de la DSA.
La victoria de Bruselas contrasta marcadamente con el fallo del 10 de septiembre de 2025, donde Meta y TikTok impugnó con éxito la metodología de las tasas de supervisión por motivos de procedimiento. En ese caso, el tribunal anuló los cálculos de las tarifas, lo que obligó a los reguladores a recalcular los gravámenes.
Sin embargo, la decisión de Amazon sugiere que la esencia de la regulación (sus designaciones y obligaciones) es legalmente sólida, incluso si los mecanismos de aplicación son vulnerables a ataques procesales.
Tales matices legales son cruciales ya que la Comisión enfrenta un contexto geopolítico volátil. Incluso la administración Trump ha intensificado su retórica contra la regulación digital europea, amenazando con imponer aranceles a los países que aplican normas que considera discriminatorias contra las empresas estadounidenses.
Bruselas no muestra signos de retroceder. Publicado apenas unos días antes del fallo, el informe de evaluación de la Comisión Europea del 17 de noviembre reforzó que los umbrales de designación actuales siguen siendo “adecuados para su propósito”.
Señala una compromiso continuo con el marco regulatorio actual, independientemente de la presión externa o los litigios en curso. Por ahora, el Tribunal General ha validado el enfoque de la UE: si una plataforma es lo suficientemente grande como para llegar a una parte significativa de la población, tiene una responsabilidad sistémica, independientemente de lo que venda.