La Comisión Europea está preparando una nueva investigación antimonopolio sobre Google sobre cómo clasifica a los editores de noticias en los resultados de búsqueda, según el Financial Times.
La investigación examinará si el gigante tecnológico degrada injustamente a ciertos medios, violando potencialmente la poderosa Ley de Mercados Digitales (DMA).
Su último desafío regulatorio intensifica las batallas legales globales de Google y profundiza su conflicto con los editores que acusan a la compañía de socavar la web abierta. con su estrategia de IA primero.
Un nuevo frente en Bruselas
La última investigación de Bruselas se produciría tras años de creciente tensión entre los reguladores y el gigante de las búsquedas.
Según el Financial Times, la nueva investigación se centra en si los algoritmos de Google penalizan a los editores de noticias, particularmente aquellos que ofrecen contenido promocional pago o aquellos que no están alineados con sus modelos de asociación preferidos.
Tales acciones podrían violar las estrictas reglas de la DMA contra la autopreferencia, que fueron diseñados específicamente para exigir que los guardianes como Google traten los servicios de terceros de manera justa y no discriminatoria.
El incumplimiento puede resultar en multas asombrosas de hasta el 10% de la facturación anual global de una empresa. Tal medida indica que los reguladores europeos están lejos de terminar con su escrutinio del dominio del mercado de Google.
Apenas el mes pasado, Google intentó apaciguar a los reguladores en un caso separado de DMA proponiendo la creación de un cuadro en la página dedicado a los servicios de búsqueda vertical competidores.
Esa concesión, dirigida a rivales en sectores como viajes y compras, ahora parece ser un preludio a un examen más profundo de sus prácticas en el sector crítico de noticias y medios. Si bien Google ha argumentado que tales intervenciones podrían perjudicar a las empresas europeas, los reguladores parecen decididos a hacer cumplir la igualdad de condiciones.
Un guante global: la guerra regulatoria de múltiples frentes de Google
Enfrentado a una presión creciente en múltiples continentes, Google enfrenta ahora otro desafío regulatorio en su crucial mercado europeo. La acción de Bruselas es parte de un movimiento de pinza transatlántico más amplio que está desafiando los principales modelos de negocio de la empresa.
En Estados Unidos, Google todavía está lidiando con las consecuencias de importantes batallas antimonopolio con el Departamento de Justicia.
En agosto de 2024, un tribunal federal declaró a la empresa culpable de prácticas monopolísticas en el mercado de búsquedas. Si bien un juez finalmente salvó a Google de una venta forzosa de su navegador Chrome en septiembre de 2025, el tribunal impuso nuevas restricciones significativas, prohibiendo permanentemente a la compañía celebrar acuerdos exclusivos que conviertan su motor de búsqueda en la opción predeterminada en dispositivos y navegadores.
A lo largo del canal, los reguladores del Reino Unido también han apretado las tuercas. La Autoridad de Mercados y Competencia de Gran Bretaña (CMA) recientemente designó a Google (y Apple) con”Estatus de Mercado Estratégico”, otorgándole nuevas y poderosas herramientas para intervenir en los negocios de búsqueda y publicidad de la compañía para fomentar la competencia.
Cada acción regulatoria, ya sea en Washington, Londres o Bruselas, agrega otra capa de presión, limitando la capacidad de Google para operar libremente y obligándolo a defender sus prácticas en un escenario global.
‘Malos actores intencionales’en una Web en “decadencia”
En el centro de la rebelión de los editores se encuentra un jaque mate técnico que involucra al rastreador web unificado de Google. Igualar el calor regulatorio es una revuelta en toda regla de los creadores de contenido que alimentan su IA y sus productos de búsqueda.
En un ataque mordaz, el CEO de People Inc., Neil Vogel, calificó recientemente a Google como un”mal actor intencional”por sus tácticas de recopilación de datos.
Argumentó que el uso por parte de Google de un único rastreador tanto para la indexación de búsqueda como para el entrenamiento de IA obliga a los editores a tomar una decisión imposible: permitir que su contenido sea extraído para modelos de IA o bloquear el rastreador y eliminarlo por completo. de resultados de búsqueda vitales.
Vogel fue directo en su evaluación:”ellos lo saben y no están dividiendo su rastreador. Por lo tanto, aquí son un mal actor intencional”. Para su empresa, el impacto ha sido devastador: el tráfico de Google se ha desplomado del 65% al ”alto 20″en sólo tres años.
Para agravar esta frustración están los propios mensajes contradictorios de Google sobre la salud de la web. En público, los ejecutivos han proyectado confianza.
La jefa de búsqueda de Google, Liz Reid, afirmó en agosto que”en general, el volumen total de clics orgánicos desde la Búsqueda de Google a los sitios web se ha mantenido relativamente estable año tras año”.
Sin embargo, en una presentación ante un tribunal de EE. UU. pocas semanas después, los abogados de la compañía contaron una historia dramáticamente diferente para defenderse contra una ruptura forzada de su negocio publicitario, afirmando:”el hecho es que hoy en día, la web abierta ya está en rápido declive y La propuesta de desinversión de los demandantes sólo aceleraría ese declive…”
Tal duplicidad ha destrozado la confianza y ha proporcionado municiones poderosas a los críticos. Una reciente controversia sobre la herramienta Opal AI de Google solo añadió más leña al fuego.
Google comercializó la herramienta para crear contenido”escalable”, una práctica que ex empleados de Google y expertos en SEO dijeron viola directamente sus propias políticas anti-spam.
Pedro Dias, un ex miembro del equipo de lucha contra el spam de Google, comentó que la promoción”esto se ríe en la cara de muchos de los propios equipos de Google que, durante décadas, lucharon contra el spam y el abuso en search.”
Para muchos editores, estas acciones señalan la ruptura total del intercambio de valores fundamental de la web. Ese viejo trato – contenido para el tráfico – está muerto.
Como lo expresó Danielle Coffey, CEO de News/Media Alliance,”los enlaces fueron la última cualidad redentora de la búsqueda que dio a los editores tráfico e ingresos. Ahora Google simplemente toma el contenido por la fuerza y lo usa sin retorno”.
Mientras Google sigue adelante con su expansión global de la IA, la nueva investigación de la UE desde Bruselas sirve como otro punto crítico en la batalla para definir el futuro de Internet.