Anthropic anunció el miércoles una inversión masiva de 50 mil millones de dólares para construir sus propios centros de datos de inteligencia artificial en todo Estados Unidos, comenzando en Texas y Nueva York.
La medida intensifica la”carrera armamentista informática”de la industria tecnológica y revela una marcada división estratégica con su rival OpenAI. Si bien Anthropic traza un camino cauteloso hacia la rentabilidad para 2028, informes financieros recientes muestran que OpenAI espera una pérdida masiva de $74 mil millones de dólares ese mismo año.
Esta divergencia resalta dos apuestas en competencia sobre el futuro de la IA en medio de crecientes temores de una burbuja de inversión insostenible.
Una apuesta de 50 mil millones de dólares en un camino diferente
En una medida que rediseña el mapa de la carrera de infraestructura de IA, Anthropic está comprometiendo miles de millones para ganar control sobre su propio destino computacional.
La compañía asóciese con el proveedor especializado Fluidstack para construir instalaciones personalizadas optimizadas para sus cargas de trabajo de IA.
Según el anuncio oficial, el proyecto creará 800 puestos de trabajo permanentes y más de 2400 en construcción, y los primeros sitios en Texas y Nueva York estarán en línea a lo largo de 2026.
Esta inversión posiciona a Anthropic como un importante actor nacional en infraestructura física de IA, una cuestión de creciente importancia para los formuladores de políticas estadounidenses.
“Para hacer realidad ese potencial se requiere una infraestructura que pueda respaldar el desarrollo continuo en la frontera”, dijo Dario Amodei, director ejecutivo y cofundador de Anthropic. Añadió que los sitios ayudarán a construir sistemas de inteligencia artificial más capaces y al mismo tiempo crearán empleos en Estados Unidos.
La estrategia de Anthropic se ve impulsada por una fuerte adopción empresarial. La compañía presta servicios a más de 300.000 empresas y una métrica de crecimiento clave resalta su impulso: la cantidad de cuentas grandes, que representan más de $100.000 en ingresos anuales, se ha multiplicado casi por siete en el último año.
Una historia de dos hojas de ruta: rentabilidad vs. “La computación es el rey”
El impulso de infraestructura de Anthropic aterriza en medio de nuevas revelaciones que exponen una división estratégica fundamental entre ella y su principal rival, OpenAI.
Según documentos financieros, Anthropic está siguiendo un modelo de crecimiento más tradicional, centrándose en los clientes corporativos para alcanzar el punto de equilibrio para 2028.
OpenAI está trazando un rumbo radicalmente diferente. El fabricante de ChatGPT pronostica que sus pérdidas operativas en 2028 aumentarán a alrededor de $74 mil millones, aproximadamente tres cuartas partes de sus ingresos proyectados para ese año.
Su estrategia es un reflejo directo de la filosofía del CEO Sam Altman, que prioriza asegurar un liderazgo masivo en potencia informática por encima de todo.”Creemos que el riesgo para OpenAI de no tener suficiente potencia informática es más significativo y más probable que el riesgo de tener demasiada”, afirmó recientemente.
Alimentar este gasto masivo es la creencia fundamental de que el dominio computacional es el único camino hacia la victoria. Esta mentalidad es compartida en toda la industria, lo que crea lo que algunos expertos llaman el”dilema del prisionero de la IA”.
El director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, reconoció lo mucho que está en juego y afirmó:”Si terminamos gastando mal un par de cientos de miles de millones de dólares… de hecho, creo que el riesgo es mayor en el otro lado”.
Suministrar la carrera armamentista de un billón de dólares
La estrategia de OpenAI es la pieza central de un fenómeno mucho más amplio que afecta a toda la industria: la carrera armamentista informática de IA. Con compromisos de gasto totales que se acercan a los 1,4 billones de dólares, el gasto de capital del sector está remodelando la economía.
Según Lisa Shallet, directora de inversiones de Morgan Stanley Wealth Management, “el gasto de capital hiperescalador en centros de datos y artículos relacionados se ha cuadruplicado y se acerca a los 400 mil millones de dólares anuales”.
Esta inversión histórica ha creado una oportunidad de oro para una nueva clase de proveedores de infraestructura especializados. Empresas como Fluidstack, IREN y Nebius se están convirtiendo en traficantes de armas fundamentales en la revolución de la IA.
Nebius firmó recientemente un acuerdo de 3.000 millones de dólares con Meta, sólo dos meses después de asegurar una asociación histórica de 19.400 millones de dólares con Microsoft. De manera similar, Microsoft ha recurrido a IREN para obtener un contrato de 9.700 millones de dólares para asegurar la capacidad de GPU.
Estos acuerdos permiten a los hiperescaladores cerrar sus propias brechas de capacidad y escalar más rápido de lo que sus proyectos de construcción pueden soportar.
Ecos de una burbuja: inversores nerviosos y una Casa Blanca cautelosa
Para los observadores del mercado con sentido de la historia, el actual frenesí de inversión tiene paralelos alarmantes.
La magnitud del gasto recuerda a burbujas tecnológicas pasadas que terminaron mal, como la crisis de las telecomunicaciones de finales de la década de 1990, donde una sobreinversión masiva en cables de fibra óptica provocó un colapso del mercado.
La reciente volatilidad del mercado sugiere que estos temores se están afianzando. Una fuerte liquidación de acciones relacionadas con la IA a principios de noviembre borró miles de millones de las valoraciones de las empresas, y SoftBank perdió casi 50 mil millones de dólares en valor de mercado en sólo una semana mientras el”nerviosismo de la burbuja de la IA”sacudía los mercados globales.
Esta presión financiera también ha creado dolores de cabeza políticos. Después de que la directora financiera de OpenAI, Sarah Friar, planteara la idea de necesitar un”respaldo federal”para el gasto de la empresa, la Casa Blanca emitió un rápido y público rechazo.”
No habrá rescate federal para la IA”, declaró el zar de la IA, David Sacks, y agregó:”Si uno falla, otros ocuparán su lugar”.
Aunque OpenAI se retractó de los comentarios, desde entonces se ha revelado que la compañía solicitó formalmente una ampliación de los créditos fiscales de la Ley CHIPS para cubrir los centros de datos de IA en una carta a la Casa Blanca el 27 de octubre.
La controversia ha amplificado las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la industria financiera. estrategias. Con dos de sus estrellas más brillantes haciendo apuestas fundamentalmente diferentes sobre el futuro, la industria se pregunta qué camino (un crecimiento cauteloso o un gasto agresivo) ganará en última instancia la carrera por desarrollar inteligencia.