Alemania está presionando a la Unión Europea para que reserve una banda clave de espectro inalámbrico exclusivamente para redes móviles, lo que crea un agudo conflicto con la industria Wi-Fi.

La nueva posición del gobierno alemán, revelada a finales de octubre, prioriza la banda superior de 6 GHz para futuras aplicaciones 5G y 6G. Esta medida contrarresta el intenso lobby de las empresas de tecnología que argumentan que el mismo espectro es esencial para que funcione Wi-Fi 7 de próxima generación.

Se avecina una decisión crucial mientras el Grupo de Política del Espectro Radioeléctrico (RSPG) de la UE adopta su recomendación oficial sobre el asunto en Bruselas el 12 de noviembre de 2025, dando forma al futuro de la conectividad inalámbrica de Europa.

La repentina reversión de Alemania enciende la batalla europea por el espectro

Al enfrentar la capacidad móvil futura con las demandas de la omnipresente conectividad interior, la decisión de Alemania ha trazado una línea clara en la arena.

En un importante cambio de política, el gobierno decidió defender a nivel de la UE toda la banda superior de 6 GHz (6425-7125 MHz) con licencia únicamente para uso móvil.

Justificando el giro, un portavoz del Ministerio Federal de Digital y Transporte (BMDS) declaró,”los requisitos de frecuencia de los operadores de redes móviles en la banda superior de 6 GHz se consideran mayores con miras a futuras aplicaciones 6G”.

Esta postura prioriza la evolución a largo plazo de la tecnología celular sobre las necesidades inmediatas de Wi-Fi sin licencia.

Expresando duras críticas, los proveedores de banda ancha alemanes argumentaron que la medida pone en peligro directamente la importante inversión del país en infraestructura de fibra óptica.

La Asociación Federal de Comunicaciones de Banda Ancha (Breko) condenó inmediatamente la decisión. Lisia Mix-Bieber, directora de Política Federal y Europea de la asociación, no se anduvo con rodeos, afirmando que fue una “grave decepción para el sector digital de Europa ubicación.”

Para estas empresas, el valor de las conexiones de fibra multigigabit se pierde si los usuarios no pueden acceder a esas velocidades de forma inalámbrica, una tarea para la cual el Wi-Fi de próxima generación es esencial.

Wi-Fi 7 vs. 6G: dos industrias compiten por las mismas ondas de radio

En el centro del debate técnico hay dos visiones en competencia para el futuro de los datos inalámbricos. Para la industria Wi-Fi, la banda superior de 6 GHz es la clave para desbloquear toda la potencia Wi-Fi 7.

El nuevo estándar se basa en canales ultra anchos de 320 MHz para lograr velocidades de varios gigabits y se necesita baja latencia para aplicaciones como realidad aumentada, transmisión de video 8K y juegos en la nube.

Las asignaciones actuales de la UE en la banda inferior de 6 GHz son demasiado estrechas para admitir más de uno o dos de estos canales sin interferencias perjudiciales.

Esta posible escasez de espectro provocó una fuerte respuesta de los organismos de la industria. En una carta abierta conjunta a los ministros de la UE, Wi-Fi Alliance y Dynamic Spectrum Alliance advirtieron que”bloquear el acceso Wi-Fi a la banda superior de 6 GHz sería devastador para el futuro de la tecnología Wi-Fi en Europa”.

Afirman que se transporta mucho más tráfico de datos a través de Wi-Fi que por redes celulares, lo que hace que el acceso robusto al espectro para uso sin licencia sea un componente crítico de la economía digital de Europa.

Un impulso agresivo de la industria móvil se considera una amenaza directa, ya que La Wi-Fi Alliance señala que”por el contrario, la industria móvil está argumentando en contra de un compromiso. Ahora exige el uso exclusivo de toda la banda superior de 6 GHz para servicios móviles”.

En el otro lado de la disputa, los operadores móviles insisten en que la banda es esencial para el crecimiento sostenible de la red y la innovación. El grupo industrial GSMA sostiene que, para satisfacer las demandas de tráfico proyectadas, cada país necesita un promedio de 2 GHz de espectro de banda media para 2030.

La banda superior de 6 GHz es uno de los pocos bloques contiguos de espectro disponibles lo suficientemente grandes como para soportar los amplios canales necesarios más allá de 5G.

Sin ella, los operadores afirman que tendrán dificultades para evitar la congestión de la red en áreas urbanas densas y desplegar las redes de alta capacidad que futuras aplicaciones industriales y de consumo requieren.

A la espera de una decisión: Bruselas tiene la clave para el futuro inalámbrico de Europa

Con la inminente recomendación del RSPG, la preferencia inicial por una solución de espectro compartido ahora parece estar bajo una presión significativa. El RSPG, un organismo asesor compuesto por representantes de los estados miembros, establece la dirección política de la política del espectro.

Antes del cambio de opinión de Alemania, su proyecto de opinión público se inclinaba hacia una “solución de segmentación” o una “división de banda priorizada”, que habría asignado porciones de la banda superior de 6 GHz a intereses móviles y Wi-Fi.

La nueva postura de línea dura de Alemania a favor de la exclusividad móvil podría influir en gran medida en la recomendación final presentada en el informe. Reunión plenaria del 12 de noviembre.

Tal decisión sienta las bases para un resultado de alto riesgo con consecuencias duraderas para los consumidores y las empresas europeas.

La opinión del RSPG, aunque no es legalmente vinculante, sirve como orientación política principal para la Comisión Europea, que luego redacta condiciones de uso vinculantes para todos los estados miembros como parte de su política digital más amplia.

Si bien el enfoque inmediato está en la próxima votación, el marco técnico y regulatorio completo es parte de una un proceso más largo.

La Conferencia Europea de Administraciones Postales y de Telecomunicaciones (CEPT) no está programada para entregar su informe final sobre condiciones técnicas armonizadas hasta julio de 2027, lo que indica que todavía faltan varios años para la implementación completa de esta decisión.

Sin embargo, la dirección política elegida esta semana determinará qué tecnología tendrá prioridad en Europa durante la próxima década.

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