Microsoft ha firmado un acuerdo plurianual por valor de 9.700 millones de dólares con el proveedor de infraestructura de inteligencia artificial IREN, continuando su agresivo impulso para asegurar la potencia informática en medio de un auge del gasto en toda la industria. Anunciado el lunes desde Nueva York, el contrato de cinco años otorga a Microsoft acceso a las poderosas GPU GB300 de NVIDIA.
IREN alojará el hardware en su gran campus de centro de datos en Childress, Texas. Obtener esta capacidad de un proveedor especializado marca el último paso en la estrategia de subcontratación de Microsoft.
Se produce en medio de un auge del gasto más amplio, a medida que los gigantes tecnológicos invierten cientos de miles de millones para sentar las bases de la inteligencia artificial, denominada”carrera armamentista de la IA”.
 
Una apuesta de 9.700 millones de dólares por un minero de Bitcoin convertido en especialista en inteligencia artificial
En su mayor acuerdo de infraestructura de este trimestre, Microsoft está apostando casi 10.000 millones de dólares por un proveedor externo especializado.
Según el acuerdo, IREN suministrará a Microsoft servicios en la nube de GPU NVIDIA GB300 durante un período de cinco años. Para cumplir con el enorme contrato, IREN ha celebrado un acuerdo correspondiente con Dell Technologies para comprar GPU y equipos auxiliares por aproximadamente 5.800 millones de dólares.
IREN implementará el hardware en fases hasta 2026 en su campus de 750 MW en Texas, ubicado en nuevos centros de datos con refrigeración líquida especialmente diseñados para cargas de trabajo de IA de alta densidad.
IREN, que alguna vez fue conocido principalmente por la minería de Bitcoin, ha ejecutado con éxito un Hay mucho en juego en el mercado de la nube de IA.
La empresa, anteriormente llamada Iris Energy, rebautizado en 2024 para reflejar su nuevo enfoque en proporcionar clústeres de GPU a gran escala para entrenamiento e inferencia de IA.
Su estrategia aprovecha una cartera de centros de datos y terrenos conectados a la red en regiones ricas en energías renovables para ofrecer capacidad informática rentable. Dicha integración vertical y capacidad de energía asegurada fueron factores clave para cerrar el acuerdo de hiperescalado.
Daniel Roberts, cofundador y codirector ejecutivo de IREN, comentó sobre la asociación histórica y afirmó:”Este acuerdo no solo valida la posición de IREN como proveedor confiable de servicios de IA en la nube, sino que también abre el acceso a un nuevo segmento de clientes entre los hiperescaladores globales”.
Para Microsoft, el acuerdo garantiza el acceso a hardware de vanguardia. NVIDIA GB300 es un sistema a escala de rack descrito como una”fábrica de IA”, que combina docenas de GPU y CPU para lograr un enorme salto en rendimiento.
Jonathan Tinter, presidente de desarrollo empresarial y empresas de Microsoft, destacó las capacidades de IREN y agregó:”La experiencia de IREN en la construcción y operación de una nube de IA totalmente integrada, desde centros de datos hasta pilas de GPU, combinada con su capacidad de energía segura, los convierte en un socio estratégico”.
Microsoft Manual de estrategias de subcontratación: un patrón de acuerdos multimillonarios
El contrato masivo es una parte clave de la estrategia en evolución de infraestructura de inteligencia artificial de Microsoft. Ante la abrumadora demanda de sus servicios Azure AI y las necesidades informáticas de socios como OpenAI, Microsoft ha recurrido cada vez más a especialistas externos para cerrar sus brechas de capacidad.
Microsoft está buscando un modelo híbrido de infraestructura propia y arrendada, un cambio estratégico que fomenta un ecosistema competitivo de proveedores especializados como IREN y CoreWeave.
Hace apenas dos meses, en septiembre de 2025, Microsoft firmó un acuerdo por valor de hasta 19.400 millones de dólares. con otro proveedor especializado, Nebius Group, para asegurar capacidad de GPU dedicada.
Ese acuerdo, al igual que el nuevo con IREN, refleja un giro deliberado hacia la subcontratación como la forma más rápida de satisfacer una demanda insaciable. La subcontratación permite a Microsoft escalar sus ofertas de IA más rápidamente de lo que su propio proceso de construcción puede soportar.
La mecánica financiera también juega un papel importante en estos acuerdos. Como parte del acuerdo, IREN recibirá un prepago del 20 % de Microsoft sobre el valor total del contrato de 9.700 millones de dólares, lo que equivale a aproximadamente 1.940 millones de dólares.
Recibir este capital inicial ayuda a proveedores como IREN a financiar las inmensas compras de hardware necesarias, eliminando el riesgo de su expansión y asegurando capacidad futura para Microsoft.
La carrera armamentista de 400 mil millones de dólares que impulsa el auge de la IA
Impulsando La ola de gasto masivo en IA es una demanda insaciable de computación de IA que está superando incluso la capacidad de las grandes empresas tecnológicas para construir sus propios centros de datos. El ciclo de inversión actual obliga a los hiperescaladores a invertir miles de millones en infraestructura para evitar quedarse atrás. Según Lisa Shallet, directora de inversiones de Morgan Stanley Wealth Management, “el gasto de capital hiperescalador en centros de datos y elementos relacionados se ha cuadruplicado y se acerca a los 400 mil millones de dólares al año”.
Este nivel histórico de gasto de capital es ahora un motor principal del crecimiento del PIB de Estados Unidos.
Los líderes tecnológicos sienten que no tienen más opción que invertir, por temor a que la inacción sea un riesgo mayor que el gasto excesivo. El presidente de OpenAI, Greg Brockman, expresó sin rodeos este sentimiento y dijo:”Me preocupa mucho más que fracasemos debido a muy poca computación que a demasiada”.
Una dinámica “dilema del prisionero” obliga a las empresas a aumentar continuamente sus inversiones en centros de datos y GPU.
Si bien este auge está creando enormes oportunidades para los fabricantes de hardware y proveedores de infraestructura, también suscita comparaciones nerviosas con burbujas tecnológicas pasadas.
El frenesí actual refleja la burbuja de las telecomunicaciones de finales de la década de 1990, cuando las empresas gastaron miles de millones en tender cables de fibra óptica que en gran medida no se utilizaron, lo que provocó un colapso del mercado.
La pregunta central sigue siendo si esta inversión histórica generará ganancias sostenibles o si la industria está inflando una burbuja destinada a Estalló.
Por ahora, asegurar la potencia informática bruta para la revolución de la IA, ya sea construida internamente o adquirida a través de acuerdos masivos como este, sigue siendo el desafío central para gigantes tecnológicos como Microsoft.