El director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, declaró el viernes en Corea del Sur que espera vender los nuevos chips Blackwell AI de la compañía en China.
Sin embargo, enfatizó que la decisión final recae en el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Los comentarios de Huang se producen tras una reunión clave entre Trump y el presidente chino, Xi Jinping, donde se discutió el comercio de chips.
Esta situación pone de relieve la presión sobre Nvidia. La participación de mercado de la compañía en China ha caído del 95% a cero debido a los estrictos controles de exportación de Estados Unidos. Los comentarios de Huang muestran el difícil camino que enfrenta Nvidia entre sus objetivos comerciales y el tenso clima político en el mundo tecnológico.
Navegando por la brecha tecnológica entre Trump y Xi
En declaraciones a periodistas en Corea del Sur, Huang transmitió un mensaje de cauteloso optimismo sobre volver a comprometernos con el importante mercado chino.
“Siempre esperamos regresar a China… Es lo mejor para Estados Unidos. Es lo mejor para China”, dijo. Sus comentarios se produjeron apenas un día después de una cumbre de alto riesgo entre el presidente Trump y el presidente chino Xi Jinping.
Los semiconductores, la base de la economía global moderna, fueron un tema de discusión confirmado, según el propio Trump. El valor estratégico de estos componentes, que impulsan todo, desde productos electrónicos de consumo hasta hardware militar avanzado, los ha colocado en el centro de la competencia entre Estados Unidos y China.
Antes de la reunión, Trump se refirió a la última arquitectura de Nvidia como el”chip súper tonto”, señalando su conciencia de su importancia estratégica y su inmenso poder computacional.
Sin embargo, después de las conversaciones, trazó una línea clara en la arena. Si bien China iba a “hablar con Nvidia y otros sobre la adopción de chips”, especificó Trump, “no estamos hablando del Blackwell”.
Esta distinción es fundamental, ya que deja fuera de la mesa de negociaciones la tecnología más avanzada de Nvidia, y potencialmente de aplicación militar, por ahora.
Atrapado entre presiones geopolíticas y expectativas de los accionistas, Huang está navegando por un camino estrecho. Expresó su esperanza de que ambos gobiernos puedan encontrar una manera de avanzar en beneficio de ambas naciones.
“Espero que los nuevos chips Blackwell puedan venderse en China, pero esa es la decisión del presidente Trump”, afirmó. Para Nvidia, que recientemente se convirtió en la primera empresa de 5 billones de dólares del mundo, el acceso a China es una variable importante en su futura estrategia de crecimiento, lo que representa lo que alguna vez fue un flujo de ingresos multimillonario.
De una participación de mercado del 95% a cero
La situación actual se deriva de una serie de estrictos controles de exportación de Estados Unidos promulgados para frenar el avance tecnológico y militar de China.
Washington lo ha hecho metódicamente buscó limitar el acceso de Beijing a la potencia informática de alta gama que proporcionan los chips de Nvidia. Estas regulaciones, que se han endurecido con el tiempo, han tenido un impacto devastador y casi total en las operaciones de la compañía en China.
La semana pasada, Huang cuantificó el daño en términos alarmantes.”Pasamos del 95% de participación de mercado al cero por ciento, por lo que no puedo imaginar que ningún formulador de políticas piense que eso es una buena idea”, dijo.
Este colapso de una participación de mercado dominante del 95% a prácticamente nada subraya la severidad de la política estadounidense.
Huang ha tratado previamente de persuadir a la administración Trump de que permitir que China dependa del hardware estadounidense es una ventaja estratégica para Estados Unidos, dándole efectivamente a Estados Unidos una visión y un título. de control sobre el desarrollo de la IA en China.
Si bien Nvidia ha desarrollado chips compatibles para China en el pasado, como el H20, estos esfuerzos han enfrentado obstáculos importantes. El H20 fue diseñado específicamente para cumplir con las normas de exportación anteriores de EE. UU. y al mismo tiempo ofrecer a los clientes chinos un producto viable.
Sin embargo, el gobierno de EE. UU. prohibió su exportación sin una licencia especial en abril de 2025, citando preocupaciones militares en curso. Además, se informa que el gobierno chino ha dejado de lado estos chips menos capaces y, en cambio, ha alentado a sus gigantes tecnológicos nacionales a desarrollar sus propias soluciones poderosas y sin restricciones.
La subestimación “tonta” de Huawei
En el vacío dejado por Nvidia aparece un formidable rival interno: Huawei. Huang advirtió directamente contra el desprecio de las capacidades del gigante tecnológico chino, una empresa endurecida por años de sanciones estadounidenses.
“Es una tontería subestimar el poder de China y el increíble espíritu competitivo de Huawei. Esta es una empresa con una tecnología extraordinaria”, dijo. Sostuvo que las preocupaciones sobre el uso de tecnología estadounidense por parte del ejército chino estaban fuera de lugar, ya que”el ecosistema de inteligencia artificial de China es irremplazable: fabrica muchos de sus propios chips, incluso para el ejército”.
Sus elogios hacia Huawei no son infundados. En mayo, el propio Huang reconoció que el grupo de chips de IA CloudMatrix 384 de Huawei podría rivalizar con los sistemas Grace Blackwell de Nvidia, una admisión significativa de un competidor directo.
Esto no es sólo retórica de los directores ejecutivos; Un análisis independiente respalda la afirmación. Un desglose técnico de julio mostró que el procesador Ascend 910C de Huawei ofrece más del doble de rendimiento que el chip H20 de exportación restringida de Nvidia, lo que lo convierte en una opción superior para las empresas chinas que operan sin acceso a los productos de primer nivel de Nvidia.
Esta creciente capacidad nacional, fomentada por una estrategia nacional de autosuficiencia tecnológica, presenta un desafío a largo plazo para Nvidia. Incluso si las políticas de exportación de Estados Unidos se suavizaran, la empresa ya no regresaría a un mercado indiscutido.
En cambio, se enfrentaría a un poderoso competidor respaldado por el gobierno que rápidamente ha cerrado la brecha tecnológica, alterando fundamental y quizás permanentemente el panorama competitivo para el hardware de IA de alto rendimiento en China.