Google está invirtiendo 24 mil millones de dólares en su infraestructura global de IA, intensificando la”carrera armamentista informática”de alto riesgo de la industria tecnológica. La compañía anunció esta semana una expansión de 9 mil millones de dólares de sus centros de datos de Carolina del Sur, seguida rápidamente por un plan de 15 mil millones de dólares para un nuevo centro de IA en la India.

Esta enorme inyección de capital está diseñada para asegurar la potencia informática a escala de gigavatios esencial para desarrollar la inteligencia artificial de próxima generación. La medida posiciona a Google para competir de manera más agresiva con rivales como Meta y Microsoft, que también están gastando cientos de miles de millones en centros de datos.

El impulso global de IA de Google por valor de 24 mil millones de dólares

La filial de Alphabet detalló una estrategia de expansión de doble frente. En Estados Unidos, está comprometiendo 9 mil millones de dólares hasta 2027 para aumentar significativamente su presencia en Carolina del Sur. Esto incluye ampliar su campus existente en el condado de Berkeley y construir dos nuevos sitios en el cercano condado de Dorchester.

Esta inversión nacional también tiene como objetivo fomentar el talento local. Google está financiando una subvención a través de Google.org para ayudar a Electrical Training Alliance a capacitar a más de 160 aprendices para carreras en los crecientes sectores tecnológicos y energéticos del estado.

Ruth Porat, presidenta y CIO de Alphabet, afirmó:”esta inversión ayuda a respaldar el crecimiento del empleo en Carolina del Sur, ya que se beneficia de las ventajas de la IA”.

A nivel internacional, Google está haciendo su la inversión más grande jamás realizada en India, con una inversión de 15 mil millones de dólares en cinco años. Esto establecerá un centro de inteligencia artificial y un campus de centro de datos especialmente diseñados en Visakhapatnam, que se convertirá en su instalación de inteligencia artificial más grande fuera de los Estados Unidos.

El ambicioso proyecto también incluye una nueva puerta de enlace submarina internacional para mejorar la conectividad global. El director ejecutivo de Google Cloud, Thomas Kurian, enfatizó el impacto mundial del proyecto y señaló que”es una inversión que creará empleos de alto valor en la India y, al mismo tiempo, estimulará la actividad económica en los EE. UU. a través de la investigación y el desarrollo relacionados”.

Estos anuncios son parte de una estrategia global consistente, siguiendo a otros recientes centros de datos multimillonarios inversiones en países como el Reino Unido y Bélgica.

Una salva en la gran carrera armamentista informática de IA

La ola de gastos de Google es una respuesta clara y necesaria a una batalla en toda la industria por los recursos computacionales. El acceso a centros de datos masivos y ávidos de energía se ha convertido en el principal cuello de botella para la innovación en IA, lo que ha obligado a los gigantes tecnológicos a una guerra intensiva en capital por el dominio tecnológico.

La feroz competencia ha quedado vívidamente ilustrada por los recientes acuerdos de OpenAI. El laboratorio de IA ha seguido una estrategia agresiva de múltiples proveedores para evitar la dependencia de un solo socio, un giro que comenzó después de que se revisó su acuerdo de exclusividad con Microsoft a principios de 2025.

Esto ha llevado a una serie de compromisos colosales. OpenAI firmó un acuerdo de nube de 300 mil millones de dólares con Oracle por 4,5 gigavatios de capacidad y firmó una carta de intención con Nvidia para una asociación de 100 mil millones de dólares para implementar 10 gigavatios de sus sistemas.

Para diversificarse aún más, firmó un acuerdo definitivo con AMD por 6 gigavatios de sus GPU de IA. Más recientemente, se asoció con Broadcom para desarrollar conjuntamente 10 gigavatios de aceleradores de IA personalizados, lo que eleva su capacidad total objetivo a aproximadamente 33 gigavatios.

Esta frenética construcción está impulsada por una necesidad existencial de energía. Este sentimiento es un estribillo constante de los líderes de la industria, que ven la computación como el recurso fundamental para el progreso. Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, ha sido sincero sobre el desafío y admitió que”es difícil exagerar lo difícil que se ha vuelto obtener suficiente potencia informática”.

Su colega, el presidente Greg Brockman, formuló la evaluación de riesgos de la empresa de manera aún más directa:”Me preocupa mucho más que fracasemos debido a muy poca computación que a demasiada”.

Esta mentalidad impulsa la búsqueda de una infraestructura diversificada y masiva. en proceso, con rivales como Microsoft implementando la primera supercomputadora GB300 a escala del mundo para uso de OpenAI.

Equilibrio de la ambición con las crecientes demandas de energía

Esta expansión implacable no está exenta de consecuencias significativas. El enorme consumo de energía y agua necesario para enfriar y operar estas instalaciones a escala de gigavatios ha generado serias preocupaciones ambientales, creando una nueva capa de complejidad en la carrera armamentista de la IA.

La insaciable demanda de energía de la industria está ejerciendo una presión sin precedentes sobre las redes eléctricas locales y nacionales. Cada gigavatio de capacidad del centro de datos puede consumir tanta electricidad como cientos de miles de hogares, lo que hace que el abastecimiento de energía sea un desafío crítico para estos proyectos.

Mientras que las principales empresas de tecnología, incluido Google, están invirtiendo fuertemente en contratos de energía renovable para compensar su enorme huella de carbono, el crecimiento explosivo de la demanda de computación con IA amenaza con superar el desarrollo de fuentes de energía limpia.

La carrera para construir la infraestructura de el futuro es al mismo tiempo una carrera para encontrar formas sostenibles de impulsarlo. Por ahora, el imperativo estratégico de proteger la computación parece superar estas preocupaciones para la mayoría de los principales actores en este campo.

La apuesta de 24 mil millones de dólares de Google es una declaración de que en la era de la IA, las empresas que controlan la infraestructura física tendrán una ventaja decisiva. Esta enorme inversión solidifica su posición en la primera línea de las guerras informáticas y dará forma al panorama tecnológico en los años venideros.

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