El gobierno de Alemania ha bloqueado oficialmente un polémico plan de la UE para escanear todos los mensajes digitales privados, una propuesta que los críticos denominaron”Control de chat”. La medida se produjo esta semana después de una intensa protesta pública y presión política, que efectivamente descarriló una votación clave programada para el 14 de octubre.

La negativa de Berlín a apoyar la regulación impide la mayoría requerida entre los estados miembros de la UE, deteniendo la controvertida ley por ahora. Los defensores de los derechos digitales consideran que esto es una gran victoria para la privacidad, argumentando que el proyecto de ley habría creado un sistema de vigilancia masiva sin precedentes.

La legislación, oficialmente el Reglamento CSA, tenía como objetivo detectar material de abuso sexual infantil (CSAM), pero enfrentó una oposición generalizada por amenazar el cifrado de extremo a extremo y la derecho fundamental a la comunicación privada.

¿Qué es la propuesta de “control de chat” de la UE?

Propuesta por primera vez en 2022, la Reglamento de la UE sobre abuso sexual infantil (CSA), ampliamente conocido como”Control de chat”, se introdujo con el objetivo declarado de combatir la difusión de material de abuso sexual infantil en línea.

El núcleo de la controvertida ley habría sido un amplio mandato que obligaría a las empresas de tecnología a escanear todas las comunicaciones digitales privadas de sus usuarios, incluidos mensajes personales, fotografías y archivos, utilizando filtros de IA poco fiables.

Esta obligación general e indiscriminada de escaneo se aplicaría a todos los ciudadanos sin ninguna sospecha previa de irregularidades, una medida los críticos han llamado vigilancia masiva de manual.

El alcance de la propuesta se extendería incluso a servicios que ofrecen cifrado de extremo a extremo, como WhatsApp y Signal. Para cumplir, estos servicios tendrían que implementar una técnica conocida como escaneo del lado del cliente.

Como detallaron los defensores de la privacidad, esto implicaría implementar un código en el dispositivo de un usuario que acceda a sus claves de cifrado privadas para analizar el contenido antes de enviarlo, informando cualquier posible coincidencia a una autoridad central.

Tecnólogos y expertos en ciberseguridad han advertido repetidamente que esto es técnicamente imposible sin romper o crear puertas traseras en los protocolos de cifrado, implementando efectivamente”software espía personalizado en los dispositivos de millones de personas”, según European Digital Rights. (EDRi).

Las implicaciones de tal sistema son profundas. Los críticos argumentan que crearía un peligroso precedente global y socavaría los derechos fundamentales a la privacidad garantizados por la Carta de la UE.

Se sabe que los escáneres automáticos producen una alta tasa de falsos positivos, lo que significa que contenido inocente como fotos de vacaciones familiares podrían identificarse erróneamente como ilegales, sometiendo a la gente común a acusaciones falsas e investigaciones dañinas.

En una medida que generó más críticas, la propuesta supuestamente incluía exenciones para políticos y otros funcionarios bajo reglas de “secreto profesional”.

Un muro de oposición detiene el proyecto de ley

Desde su inicio, la propuesta enfrentó una oleada de oposición de una coalición diversa de la sociedad civil, tecnólogos y políticos.

Grupos de derechos digitales como European Digital Rights (EDRi) lanzaron el campaña “Stop Scanning Me”, que destaca el daño desproporcionado que la ley infligiría a periodistas, activistas, comunidades queer e incluso familias que compartieran fotografías privadas.

Esta resistencia pública se reflejó en las propias instituciones de la UE. El Parlamento Europeo adoptó una posición crítica en 2023 con el acuerdo de todo el espectro político.

Su mandato descartó explícitamente la vigilancia masiva, garantizó que el cifrado no se vería comprometido y estableció un listón alto contra el uso excesivo de herramientas de verificación de edad.

La resistencia alcanzó un punto culminante esta semana cuando una poderosa coalición de empresas tecnológicas y pymes europeas publicó una carta abierta el 7 de octubre.

Los firmantes incluyeron empresas centradas en la privacidad como Proton, Tuta y Mailfence, junto con la Alianza Europea de PYME DIGITAL, que representa a más de 45.000 empresas en todo el continente.

La carta advirtió que la ley destruiría la confianza de los usuarios, dañaría el objetivo estratégico de Europa de soberanía digital y crearía una pesadilla de ciberseguridad.

Argumentó que obligar a las empresas europeas a debilitar su seguridad acabaría con su principal ventaja competitiva sobre las grandes tecnologías estadounidenses y chinas, imponiendo una carga financiera y técnica imposible a las empresas más pequeñas.

Este frente unificado de ciudadanos, expertos y empresas creó una poderosa contranarrativa política. Argumentaron colectivamente que, si bien la protección infantil es primordial, no debe realizarse a costa de los derechos fundamentales, la seguridad digital y la competitividad económica de toda la Unión Europea.

La medida decisiva de Alemania y el poder de la protesta

Alemania finalmente rompió el estancamiento legislativo, que persistió durante años debido a profundas divisiones entre los estados miembros. Ante una inmensa presión interna y pública, el gobierno alemán se negó a prestar su apoyo a la propuesta.

Esta medida decisiva, cuando el voto de Alemania se consideró crítico, bloqueó la mayoría calificada requerida para que el proyecto de ley fuera aprobado en el Consejo de la UE.

La oposición dentro del gobierno alemán fue inequívoca. La ministra federal de Justicia, Stefanie Hubig (SPD), criticó duramente el plan y afirmó que “El control del chat sin causa debe ser tabú en un Estado de derecho”.

Afirmó que las comunicaciones privadas nunca deben estar bajo sospecha general y declaró:”Alemania no aceptará tales propuestas a nivel de la UE”.

Este sentimiento reflejaba un creciente y poderoso consenso entre partidos. Los líderes de los dos principales grupos parlamentarios expresaron su rechazo al proyecto de ley.

En una declaración ampliamente difundida, Jens Spahn, presidente del grupo parlamentario conservador CDU/CSU, condenó la idea, diciendo:”Eso sería como abrir preventivamente todas las cartas para ver si hay algo ilegal en ellas. Eso no es aceptable y no lo permitiremos”, según un publicación en Bluesky.

Su homólogo, Dirk Wiese, del SPD, se hizo eco de estas preocupaciones y enfatizó que, si bien las autoridades necesitan poderes de investigación, no creía que un general el escaneo de chats resistiría un desafío en los tribunales alemanes.

El ministro Hubig resumió poderosamente el principio en juego: “Pero ni siquiera los peores crímenes justifican la renuncia a derechos civiles elementales”.

El Dr. Patrick Breyer, defensor de la libertad digital y ex eurodiputado, celebró la noticia como un resultado directo de la acción ciudadana.

“Esta es una tremenda victoria para la libertad y demuestra que la protesta ¡obras!”declaró, acreditando el resultado al activismo incansable. Hizo hincapié en la gravedad de lo que estaba en juego y afirmó:”Sin la resistencia incansable de los ciudadanos, científicos y organizaciones, los gobiernos de la UE habrían aprobado una ley de vigilancia masiva totalitaria la próxima semana, lo que significaría el fin de la privacidad digital”.

¿Qué sigue para la privacidad digital en Europa?

Con la votación descarrilada, la amenaza inmediata del control del chat ha disminuido. pero la batalla legislativa está lejos de terminar. Los defensores de la privacidad ahora están intensificando sus llamados para que la Comisión Europea retire formalmente toda la propuesta, argumentando que es fundamentalmente defectuosa e irreparable.

Dr. Breyer instó a que “la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, ahora debe admitir el fracaso de su plan distópico de control de chat” y pidió que el proyecto de ley sea retirado definitivamente.

En lugar de una vigilancia masiva, los opositores están defendiendo el enfoque alternativo del Parlamento Europeo.

Esta estrategia, establecida en la posición del Parlamento de 2023, se centra en medidas de protección infantil efectivas y específicas que no confíe en romper el cifrado.

Los elementos clave incluyen exigir”Seguridad por diseño”en las aplicaciones, eliminar proactivamente el contenido ilegal conocido y hacer cumplir obligaciones de eliminación rápida en las plataformas.

El proceso legislativo en sí contiene controles democráticos adicionales. Incluso si el Consejo de la UE hubiera llegado a un acuerdo, todavía habría necesitado iniciar negociaciones finales (diálogos tripartitos) con el Parlamento Europeo, lo que sigue siendo un importante control y equilibrio.

La fuerte posición multipartidaria del Parlamento contra el escaneo masivo habría sido un obstáculo importante que los proponentes del proyecto de ley debían superar.

A pesar de la victoria, sus defensores instan a mantener la vigilancia. La UE ha estado debatiendo estas normas durante tres años y varios intentos anteriores de llegar a un acuerdo han fracasado.

Dr. Breyer advirtió que la amenaza no ha desaparecido y afirmó que los defensores del control de chat”utilizarán todos los trucos disponibles y no se rendirán fácilmente”. Por ahora, la exitosa protesta liderada por ciudadanos marca una victoria crucial y duramente ganada contra la expansión de la vigilancia digital en Europa.

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