En respuesta a una reacción rápida y generalizada, OpenAI ha revertido su controvertida política de derechos de autor para su nueva aplicación de generación de vídeo Sora 2.

En una publicación de blog el 3 de octubre, apenas dos días después del lanzamiento de la aplicación, anunció el director ejecutivo Sam Altman. un cambio de un sistema de exclusión voluntaria predeterminado a uno que brinda a los creadores un control granular sobre sus personajes.

La política original generó críticas inmediatas después de que los usuarios comenzaron a generar y compartir videos con personajes conocidos protegidos por derechos de autor. Esto reavivó el feroz debate sobre el uso legítimo y el consentimiento en el espacio de la IA generativa. OpenAI también planea introducir un modelo de reparto de ingresos para los titulares de derechos que participan.

Copyright Backlash

La controversia estalló casi inmediatamente después del lanzamiento de Sora 2 en octubre. 1 lanzamiento. La postura inicial de la aplicación sobre los derechos de autor fue un modelo de”exclusión voluntaria”, lo que significaba que los personajes protegidos se consideraban presa fácil a menos que un titular de derechos se opusiera formalmente.

Los usuarios rápidamente pusieron a prueba la herramienta, inundando la plataforma con videos surrealistas.

Los clips presentaban personajes populares, desde Pikachu hasta Bob Esponja, en escenarios extraños y a veces inquietantes. Esto provocó feroces críticas por parte de los observadores que lo vieron como un flagrante desprecio por la propiedad intelectual.

El lanzamiento fue visto como un movimiento deliberado para forzar la cuestión de los datos de entrenamiento en la esfera pública.

Esto reavivó el debate más amplio sobre cómo se entrenan los modelos de IA. Los críticos argumentan que las empresas recopilan grandes cantidades de datos web sin permiso. 

La rápida reversión de OpenAI: de la exclusión voluntaria a la inclusión

Ante una creciente crisis de relaciones públicas, OpenAI giró a una velocidad notable. El 3 de octubre, Altman publicó una entrada de blog anunciando un cambio de política significativo. Afirmó:”daremos a los titulares de derechos un control más granular sobre la generación de personajes, similar al modelo de inclusión voluntaria para la semejanza, pero con controles adicionales”.

Esto transforma efectivamente el sistema en un modelo de participación voluntaria más amigable para los creadores.

La medida señala un cambio potencial en la dinámica de poder entre los desarrolladores de IA y los creadores de contenido. Para mejorar el trato, Altman también reveló planes para un nuevo modelo de negocio que podría sentar un precedente en la industria.

“Vamos a intentar compartir parte de estos ingresos con los titulares de derechos que quieren que sus personajes sean generados por los usuarios”, escribió, sugiriendo un futuro en el que los creadores compensados por su participación.

El nuevo marco tiene como objetivo crear un ecosistema más colaborativo, reconociendo que muchos titulares de derechos están entusiasmados con la “fan fiction interactiva” pero quieren definir los términos de uso.

Equilibrio entre innovación, competencia y responsabilidad

La estrategia inicial de OpenAI fue en parte una respuesta a la intensa presión del mercado por parte de rivales como Vibes de Meta y Veo 3 de Google.

Varun Shetty, jefe de asociaciones de medios de OpenAI, dijo a Newcomer:”también estamos en un panorama competitivo en el que vemos que otras empresas también permiten este mismo tipo de generaciones. No queremos que esté en desventaja competitiva”.

Esta filosofía de”construir en público”tiene sus defensores. El ex ejecutivo de OpenAI, Zack Kass, argumentó que lanzar tecnología poderosa temprano es preferible a desarrollarla en secreto.

“Hay dos alternativas a construir al aire libre: no construir en absoluto, o construir de forma privada. Y esas alternativas, para mí, son peores”, contó a CNBC.

La función “cameo” de la aplicación, una herramienta para crear deepfakes personales, también generó alarmas sobre un posible uso indebido.

OpenAI anticipó esto, incorporando salvaguardias como un marco de consentimiento sólido y derechos de copropiedad, donde la persona cuya imagen se utiliza siempre puede eliminar el contenido.

A pesar del enfoque en el video social, OpenAI insiste en que Sora no es una distracción frívola de su misión principal de lograr inteligencia artificial general (AGI).

Shetty enmarcó la aplicación como una herramienta de investigación crucial para comprender y simular lo físico. world.

“Si piensas en el video y esta intersección realmente interesante en el video como una forma de pensar en la construcción de mundos virtuales, entonces, sí, en realidad encaja muy bien, junto o dentro de la misión principal”, explica.

Esta opinión es compartida por expertos académicos que ven la generación de vídeo como una forma de ayudar a los modelos a razonar más como los humanos.

El profesor Hao Li, experto en síntesis de vídeo, señaló la importancia de los datos visuales para entrenar sistemas más avanzados, afirma,”usamos IA para generar contenido y luego entrenar otro modelo para que funcione mejor”.

Para OpenAI, Sora es un paso hacia la construcción de sistemas de IA más capaces y fundamentados que comprendan mejor física del mundo real.

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